Tenemos como costumbre no valorar lo que tenemos, no darnos cuenta hasta que lo perdemos.
A veces te acostumbras a alguien, te acostumbras a que lo vas a tener ahí pase lo que pase y dejas de valorarlo sin darte cuenta...
Otras simplemente no valoras lo que hacen por ti, el tiempo que llevan apoyándote estando a tu lado siempre en las buenas y las malas.
Y a veces nos cansamos, queremos sustituir a las personas, pero con el tiempo nos damos cuenta que no es lo mismo...
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